LOS SECRETOS DEL HOMBRE MÁS RICO DEL MUNDO

12/01/2012 - 12:00 am

Publicado por Editorial Océano, el libro más reciente de José Martínez M. aborda desde diferentes ángulos la vida de Carlos Slim Helú, calificado por la revista Forbes como el empresario que tiene la mayor riqueza en el planeta.

El periodista, analista político y escritor revela en Los secretos del hombre más rico del mundo. Carlos Slim aspectos desconocidos de la personalidad del ingeniero egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. En especial llama la atención el capítulo que, con la autorización del autor y de la editorial, SinEmbargo.mx reproduce a continuación y que trata sobre cómo este hombre de negocios de origen libanés ha preparado a sus hijos para continuar con su legado.

EL LEGADO

Los herederos del imperio

Carlos Slim Helú pasará a la historia como uno de los más grandes empresarios. De eso no hay duda. Chinos y japoneses lo ven con admiración. En Estados Unidos se ha ganado el respeto de los grupos de poder. En Europa es visto como una celebridad. Son contados los hombres que poseen un poderoso magnetismo, que lo mismo atraen admiradores y detractores. Slim es uno de ellos.

Seguramente será recordado por su toque emprendedor y por haber sido uno de los hombres más poderosos del mundo, por su influencia y por su dinero. Pero más allá de ser considerado el hombre más rico del planeta, Carlos Slim será recordado por su honestidad y su congruencia.

Eso es lo que opinan de él sus principales amigos, entre ellos destacados intelectuales, líderes políticos, empresarios, deportistas y jóvenes universitarios.

“¿Cómo pasará a la historia Carlos Slim?”, le pregunté al magnate, alguna tarde, mientras charlaba y disfrutaba un par de tazas de café en su despacho. Sin inmutarse, Slim me contestó: “No me interesa que me construyan un monumento, que coloquen una placa o que me den un premio por lo que hago”. Evidentemente trata de no pensar en cómo le gustaría ser recordado.

“En el plano personal, lo que me preocupa es el futuro de mi familia, mis hijos, mis nietos; que estén unidos, que se amen, que sean positivos para ellos mismos y para la sociedad. Ésa es mi principal preocupación. Por lo demás no me preocupa cómo me van a recordar o si me van a recordar de una u otra manera. Mis hijos y mis amigos se van a acordar muy bien de mí”.

“En todo caso, ¿cuál sería su legado?”, atajé.

“Mi principal legado serán mis hijos”, respondió.

“Muchos piensan dejar un país mejor para sus hijos, yo pienso dejar mejores hijos para mi país”.

“Muchas veces me han preguntado si les voy a dejar dinero a mis hijos. Yo creo que cuando les dejas una empresa les dejas trabajo, responsabilidad y compromiso, y cuando les dejas dinero, no sé cuánto, lo que sea, cien millones, 50, 30 o 20, se los dejarías sólo para que estén de ociosos ¿no?; es distinto, porque cuando tú tienes una empresa que debes administrar, aunque haya un director ajeno, es un trabajo, es una responsabilidad, es un esfuerzo y un compromiso con la empresa, contigo mismo y con el país para generar riqueza, no es tener en caja no sé cuánto dinero para gastárselo y vivir rascándote la panza todo el año, toda la vida”.

Slim les ha enseñado a sus hijos que “hay que hacer las cosas durante nuestra vida y que debemos ser eficientes y cuidadosos y responsables en el manejo de la riqueza”.

Para Carlos Slim los valores familiares han sido determinantes en su vida y éstos han sido transmitidos a sus descendientes y herederos.

“Mi papá nos dio una educación basada en valores bien definidos. Fue una persona de carácter cariñoso y de valores muy sólidos que le brindó siempre a la unión familiar un lugar prioritario en su vida, logrando establecer en ella una grata armonía, principios de honradez, sinceridad y una honda preocupación por México.”

Don Julián Slim no le daba mucha importancia a las cosas materiales, sino a las que realmente tenían trascendencia.

Su papá, dice, fue una persona muy cercana a él, lo mismo que su madre, doña Linda Helú, quien fue una mujer con mucha personalidad y muy ordenada. Sus padres, —añora el magnate— “eran gente de amplio criterio y con grandes valores humanos. Eso es lo que yo he transmitido a mis hijos, por eso digo que ése será mi principal legado”.

Ser millonario en un país de enormes contradicciones sociales, es más que una carga un pecado. Desde luego, porque México arrastra un pasado y carga un presente de enormes injusticias. El hecho de que Carlos Slim sea el hombre más rico del mundo desde México ha despertado un interés inusitado y más cuando Estados Unidos monopolizaba el ranking de los hombres más ricos, mucho antes de que la revista Forbes se diera a la tarea de hacer un recuento de los personajes más adinerados del planeta.

En cierta ocasión, los editores de la revista de negocios más importante de nuestro país me planteó la interrogante:

“¿Cómo se recordará a Carlos Slim dentro de cien años?” Les respondí que Carlos Slim junto con Bill Gates y Warren Buffett formaban el trío de millonarios más ricos de las últimas décadas, pero que el magnate mexicano superaba no sólo por su dinero, sino por su influencia, al creador de Microsoft, lo mismo que al dueño del fondo de inversión The Warren Buffett Mutual Fund, por ser Slim uno de los seis hombres más poderosos del mundo, de acuerdo a un listado de la revista Forbes.

Respondí también que si dentro de un siglo un periodista tuviera la tarea de contarle a sus lectores quién era Carlos Slim en el año 2011, se encontraría con un empresario mexicano de un perfil de conquistador moderno, cuyo imperio económico se extendía a una veintena de países, incluido Estados Unidos.

El investigador, seguramente, querría enlistar los secretos de estegurú financiero que lo llevaron a ser el hombre más rico del mundo, pero encontraría sólo uno: negociar de manera inflexible hasta el último centavo.

Para dentro del siglo XXII la dinastía de los Slim habrá llegado a la octava generación desde que esta familia libanesa dejó su país a finales del siglo XIX para venir a México. En la actualidad son cuatro las generaciones de los Slim en nuestro país, y el magnate ya tiene bien trazado el futuro de su familia.

En uno de mis encuentros con el fundador del Grupo Carso, me confió que deseaba que Telmex, que durante un buen tiempo fue la joya de la corona de su imperio, antes de que cediera ese lugar a América Móvil, se quedara en manos de la familia, cuando menos durante dos generaciones más.

El mayor de los herederos, su hijo Carlos Slim Domit, junto con sus hermanos, hizo saber que todos ellos asumieron el compromiso de que esta empresa seguirá siendo mexicana por ser “un soporte estratégico para la nación”.

Esa mentalidad y esa visión para los negocios es la que Carlos Slim les ha transmitido a sus descendientes.

Quien escriba sobre Carlos Slim dentro de cien años no podrá ignorar que fue un hombre de negocios empeñado en recuperar la dignidad y la autoridad de los empresarios que generan riqueza al crearempleos y combatir la pobreza, a diferencia de quienes en los tiempos de crisis sacan sus capitales del país.

A Slim se le recordará como uno de los filántropos mexicanos más importantes, y como un hombre de rasgos humanos esenciales que se reflejan en la promoción de la donación de órganos, ya que su familia sufre de enfermedades renales. También será recordado como un empresario comprometido con México que, pese a cualquier guerra o crisis, mantuvo sus inversiones y a sus familiares en el país, como lo hizo el patriarca de su familia, quien no dejó de invertir en tiempos de la Revolución mexicana, ni en las crisis financieras subsecuentes.

A Carlos Slim Helú lo ubicarán como un hombre que invirtió cantidades millonarias para que la tecnología estuviera al alcance de todos, gracias al sistema de prepago con el que también construyó su negocio más rentable: América Móvil. También por haber promovido las ciencias médicas para que la curación de enfermedades fuera más sencilla y accesible.

Será recordado como un hombrede su tiempo que promovió una nueva civilización con el uso de las tecnologías, apoyado en la visión del futurólogo Alvin Toffler, uno de los primeros intelectuales en anticipar la llegada de la era de la información a finales del siglo XX y analista de las nuevas tecnologías en la sociedad, gobierno y empresa; así como de Nicholas Negroponte, una de las mentes más brillantes del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), quien ideó el programa One Laptop per Child, a través del cual Carlos Slim dona computadoras de 100 dólares a niños que viven en países en vías de desarrollo.

Una de las interrogantes que suelen hacer algunos analistas y muchos periodistas es: ¿qué va a pasar con el imperio de Carlos Slim cuando decida retirarse o ya no esté aquí?

Carlos Slim no deja nada a la improvisación. Si bien el magnate es uno de los personajes más mediáticos de los negocios en el mundo, mucho antes de anunciar su retiro, por motivos de salud, de los consejos directivos de sus empresas, ya venía preparando a sus herederos para administrar sus negocios y continuar generando riqueza. A los hijos del ingeniero les ha tocado ver el abarrote.

Lo mismo hizo su padre, don Julián Slim Haddad, quien fue formando a Carlos Slim Helú desde muy pequeño.El magnate ha dicho que fue su padre quien le ayudó a descubrir su vocación empresarial. Su padre lo adiestró en el manejo del ahorro y las inversiones, como a sus demás hermanos, pero Carlos era quien acompañaba siempre a don Julián. Los fines de semana acudía con él a la Estrella de Oriente y cuando su padre fungía como el anfitrión de sus amigos en casa, el pequeño Carlos solía estar atento a las tertulias, “eran personas muy sabias de las que aprendí mucho”, recuerda Slim. Fue a partir de esos encuentros que nació su vocación empresarial, que puso en práctica a los diez años de edad, poniendo una tiendita abajo de las escaleras de su casa, donde los fines de semana les vendía dulces y refrescos a sus tíos y a sus primos.

El magnate ha hecho lo propio con sus hijos, a quienes les ha ido transmitiendo sus enseñanzas. Por ejemplo, cuando Carlos, Marco Antonio y Patricio eran adolescentes, el ingeniero Slim los reunía en la biblioteca de la casa para darles lecciones de economía, les presentaba una lista escrita a mano con algunos ejemplos de cómo una compañía aseguradora mexicana vendía a precios más bajos que una empresa similar estadunidense, o comparaba la drástica devaluación de los fabricantes mexicanos de dulces y cigarrillos frente a los fabricantes europeos.

Incluso a principios de los ochenta el ingeniero solía llevar a su primogénito a las sesiones de la Bolsa de Valores.

Carlos Slim Domit recuerda así las enseñanzas de su papá: “Mi padre siempre nos incluyó en su proyecto de negocios. Desde muy jóvenes platicaba con nosotros sobre los problemas dentro de las empresas y de las soluciones; es un proceso que compartimos desde hace muchísimos años”.

Gracias a esas enseñanzas los hijos de Carlos Slim han tomado decisiones fundamentales para su grupo empresarial.

Algunos colaboradores recuerdan cómo Carlos Slim Domit, el hijo mayor del empresario, fue capaz de asociar una caída en los márgenes de ganancia en una de sus 200 tiendas al aumento de la cuenta eléctrica. “Esa obsesión por el detalle se la ha enseñado a sus colaboradores y a sus hijos, que la transmiten a toda la organización.”

Slim le ha transmitido a sus hijoslos consejos que le daba su padre: las razones del éxito comercial son simples: vocación, talento y trabajo.

“Mi padre”, cuenta el ingeniero Slim, “me inculcó principios morales y de responsabilidad social muy claros. Actuar con la más estricta moralidad y honradez.”

“Debo afirmar que desde el principio conté con el apoyo familiar, el cual no se limitaba a lo material, sino principalmente al ejemplo y la formación. A fines de 1952, cuando yo tenía doce años, y con el fin de administrar nuestros ingresos y egresos, mi papá nos estableció la obligación de llevar una libreta de ahorros, que revisaba con nosotros cada semana. Siguiendo esta regla, llevé mis balances personales varios años. Así, en enero de 1955, mi patrimonio era de 5,523.32 pesos, y para agosto de 1957 aumentó a 31,969.26 pesos; siguió creciendo, invertido fundamentalmente en acciones del Banco Nacional de México, y usando en ocasiones crédito, de manera tal que para principios de 1966 mi capital personal era mayor a 5’000,000, sin incluir el patrimonio familiar”.

Si bien Carlos Slim ha sembrado la semilla de esos principios en sus hijos, está claro que sus herederos están preparados, desde hace un buen tiempo, para tomar las riendas del imperio y proseguir con la expansión.

Carlos, Marco Antonio y Patricio tienen varios puntos en común: son carismáticos y sociables y entre ellos no hay rivalidad, los tres dicen que se complementan y que eso les ha dado buenos resultados.

Dice el ingeniero Caros Slim: “Si mis hijos hubieran querido ser boxeadores o atletas tendrían que haber competido entre ellos. Pero en la vida real para conseguir tu felicidad no necesitas competir contra nadie.

“Yo creo que todos en la vida tenemos vocaciones”, dice Slim, “hay algunos que tienen vocación de toreros, otros de cura, otros de doctor, otros de periodista, a mí, desde niño, me gustaban las inversiones”.

Los hijos del ingeniero han declarado que su padre jamás los presionó para que trabajaran por compromiso y tampoco les dijo qué deberían de hacer.

“Siempre tuvimos libertad para estudiar lo que quisimos, para estudiar o no estudiar, para trabajar o no trabajar en el grupo o hacer otras cosas. Además, la educación de mis padres fue hacer las cosas por gusto y responsabilidad, más que por ambición. Mi papá dice que es peor hacer algo que no te gusta: te haces daño a ti y le acabas haciendo daño a las empresas. Si no sientes que estás en un lugar donde te estás desarrollando mejor dedícate a otra cosa”, dice Carlos Slim Domit, el mayor de los hijos del magnate.

Carlos hijo empezó a trabajar para su padre desde muy joven y, como los otros dos herederos, estudió administración de empresas en la Universidad Anáhuac. Los tres están conscientes de que sobre sus hombros recae una enorme responsabilidad. Marco Antonio tiene una enorme pasión por las matemáticas y es considerado el financiero de la familia, dirige el Grupo Financiero Inbursa, uno de los más grandes en el país, dedicado a la administración y custodia de activos superiores a los 20 mil millones de dólares.

Patricio, el benjamín de la casa, trabaja con su cuñado Daniel Hajj en América Móvil y todo lo relacionado al área de telecomunicaciones, y desde que llegó a la presidencia de esa empresa los valores de la misma se han más que triplicado y es considerada como una de las principales fuentes de riqueza de la familia.

Para explicar el porqué de la transición de los mandos de su imperio a sus hijos, el ingeniero Slim hizo la siguiente explicación en términos coloquiales en comparación con el beisbol: “No son posiciones que mis hijos se han ganado simplemente por ser ellos. En beisbol, ¿qué haces si le estás lanzando a tu hijo?… ¡Lo ponchas! Y si estás bateándole a tu papá o a tu hermano, ¿qué haces? Es un tema de responsabilidad. En cada lugar, si tú tienes la responsabilidad de estar bateando, tratas de meter un hit o meter una carrera, aunque sea tu papá o tu hermano. Creo que el problema es cuando los puestos se dan por ser hijos, o los malos puestos se dan por ser hijos, o se exige al hijo tener una responsabilidad que no va con su interés, o su personalidad, o su talento, o su gusto, o su esfuerzo”.

Así, el mayor de los herederos, Carlos Slim Domit, recorrió durante su formación todos los rincones de las empresas de su padre, se empapó y creció en el área de operaciones financieras de Inbursa, se metió de lleno al negocio de los hoteles, las fábricas de papel, la cadena Sanborns, las tiendas departamentales y Telmex.

“Creo que la gente no sintió mucho el cambio. El estilo de liderazgo de mi padre y el mío son muy semejantes y mi prioridad ha sido que el Grupo conserve sus valores. La transición ha sido muy normal. Por ejemplo, a nosotros nos preocupa mucho que todos se sientan bien en lo que hacen y que haya comunicación entre las áreas. Eso nos ayuda a evaluar constantemente los procesos y conocer a ciencia cierta todas las posibilidades de éxito o de fracaso de alguna inversión.”

La decisión del ingeniero Slim de confiarles el éxito de sus empresas a sus hijos parecería una determinación de mucho peso para un trío de jóvenes. En un principio se dejaron escuchar algunas críticas, pero lo cierto es que los herederos han seguido haciendo crecer el grupo empresarial.

Los tres hermanos han dado sobradas muestras de su liderazgo, y saben que cargan con la responsabilidad en el inicio de una nueva etapa de su dinastía.

“Nuestra filosofía, dice Carlos hijo, “se basa en algunos principios básicos: tener una operación eficiente y productiva, además de una solidez financiera. Cuidamos mucho la parte financiera, sobre todo en los mejores momentos, que es cuando las empresas se descuidan y se hacen inversiones inviables o toman decisiones equivocadas.”

Desde finales de los noventa las empresas venían preparándose para el cambio y todos sabían que la responsabilidad recaería en los hombres de la familia.

“Creo que a veces, cuando tienes éxito en los negocios, tienes a otros tratando de voltear a la opinión pública en tu contra porque están tratando de competir contigo”, dice Carlos junior.

Sin embargo, una de las visiones más valiosas de Carlos Slim ha sido el compartir el diseño de las estrategias de su emporio con consejos de administración y direcciones integrados por líderes de diferentes sectores y su familia más cercana, con lo que ha logrado versatilidad, delegación, continuidad y expansión.

Si bien desde principios de los noventa el ingeniero Slim había dicho que figuraría de manera simbólica en los consejos de administración de sus empresas, en realidad ha seguido tomando las principales decisiones de su grupo empresarial, pese a que han cambiado los consejos directivos en sus empresas, las que ahora presiden sus hijos.

La decisión de llevar a cabo el relevo generacional ocurrió a partir de que Carlos Slim Helú enfrentó un severo problema de salud, en diciembre de 1992. El magnate fue llevado de emergencia a un hospital en Houston, debido a un aneurisma aórtico, donde un equipo de especialistas procedió a extraerle la sangre que había invadido por fuera su corazón, y en unas cuantas horas se restableció.

De nueva cuenta, en octubre de 1997, le fue realizada otra operación por una hemorragia, al botarse la sutura de la primera intervención. Una cantidad importante de transfusiones sanguíneas le fueron suministradas a Slim.

Tres veces se les “fue” a los médicos que lo atendieron en aquella ocasión, incluso uno de los ahí presentes salió del quirófano para “anunciar” que Carlos Slim había fallecido.

Pero el ingeniero milagrosamente volvió a la vida y se mantuvo en recuperación durante tres meses y medio, lo cual provocó una serie de rumores en los que se llegó incluso a especular sobre el “fallecimiento” del magnate.

La experiencia de estar al borde de la muerte lo hizo reconsiderar su propio estilo de hacer negocios. Ya restablecido, Carlos Slim convocó a una junta con su staff y anunció cambios en la dirección de sus empresas. Puso al frente a sus hijos y yernos, y él quedó como presidente honorario y vitalicio de su imperio, de esa manera estaría al tanto de las decisiones estratégicas de Carso, y se mantendría como presidente de los consejos de administración de Telmex, Carso Global Telecom y de Grupo Financiero lnbursa.

Aun cuando la decisión de los cambios de dirección ya estaba tomada desde antes de su intervención quirúrgica, éstos se hicieron hasta noviembre de 1998. Así, Carlos Slim Domit pasó a ocupar la dirección general del Grupo Carso y del Grupo Sanborns; Patricio Slim Domit fue asignado a la dirección general de Condumex-Nacobre y todas las actividades fabriles e industriales derivadas de esas compañías y Marco Antonio Slim Domit quedó al frente del Grupo Financiero lnbursa y filiales. A la cabeza de Telmex se puso a Jaime Chico Pardo y como asesor de la dirección general de Teléfonos de México fue designado el yerno de Slim, Arturo Elías Ayub, quien a la vez ocupaba la presidencia del consejo de administración de T1msn. Otro yerno de Slim, Daniel Hajj, había sido nombrado director general de Telcel desde 1995, la poderosa compañía de telefonía celular. Después pasó a América Móvil, donde trabaja codo a codo con Patricio Slim Domit.

Los cargos se han rotado, pero a partir de 2010 los consejos directivos de las principales empresas los ocupan Carlos, Marco Antonio y Patricio.

La principal recomendación que Slim les ha dado a sus herederos “es mantenerse alejados siempre de los políticos”.

“Yo creo”, dice Carlos Slim, “que el empresario debe trabajar en sus empresas y ser ajeno a proyectos y planes o inquietudes políticas. Yo no pertenezco a ningún partido político ni pienso pertenecer.”

El magnate asegura que sus hijos están “vacunados” contra las tentaciones del poder político. Aunque han hecho algunas declaraciones en torno a la transición que ha venido experimentado el país en los últimos años.

Carlos Slim Domit, el mayor de los hermanos, considera que el relevo del PRI en el poder por parte del PAN ha demostrado que no hay grandes diferencias en las propuestas en el ámbito económico; el segundo de los herederos, Marco Antonio, siente que el cambio es parte de una inercia muy fuerte que difícilmente tomará otro rumbo. Además, considera que es una tendencia global. Patricio, el menor de los varones, sostiene que el cambio de régimen era lo más viable.

Definida la transición en los mandos del imperio Slim al proyecto empresarial se han ido sumando ejecutivos que no tienen ningún parentesco con la familia y han escalado hasta lo más alto; durante el proceso muchos familiares han quedado fuera simplemente porque no servían. Aunque, en general, el clan Slim trabaja más que nadie, como ocurre con Daniel Hajj, el yerno del ingeniero, uno de los ejecutivos con mayor autoridad dentro de la dirección de América Móvil y uno de los que mejor tienen puesta la camiseta. Hajj es de los primeros en llegar y uno de los últimos en retirarse.

Desde finales de los noventas el imperio Slim ha generado un equipo gerencial y de cuadros medios bajo el mando de los herederos que ha permitido mantener el crecimiento.

Los herederos y los nuevos ejecutivos transmiten la disciplina y los valores que están detrás de la eficiencia operativa de las compañías de Slim.

Sobre los hijos de Carlos Slim Helú recae una enorme responsabilidad: continuar con la expansión y sostenimiento de su vasto imperio. Carlos, Marco Antonio y Patricio son los herederos de la fortuna más grande del planeta. Los tres han contribuido a consolidar sus negocios. Son multimillonarios, famosos y tienen un apellido que seguramente les abrirá las puertas en todos los ámbitos. Los tres ocupan cargos clave en su organización empresarial; de ellos depende la prolongación de una de las dinastías más importantes del mundo.

José Martínez Mendoza se desempeña como periodista, analista político y escritor. Ha recibido numerosos reconocimientos por su trabajo. Es autor de libros sobre varias personalidades de la vida política de México, entre ellos: Las enseñanzas del profesor; Indagación sobre Carlos Hank González y La maestra. Vida y hechos de Elba Esther Gordillo.

 

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